"No voy a tocar eso, es asqueroso": por qué la tecnología para mujeres provoca debate
El ascenso meteórico de la etiqueta "femtech" para describir productos tecnológicos, aplicaciones y hardware que abordan problemas de salud y bienestar de las mujeres ha ganado adeptos pero al mismo tiempo un montón de personas que la detestan.
Mientras unos dicen que ayuda al sector a conseguir la financiación que necesita para desarrollar ideas, otros argumentan que encasilla innecesariamente la salud de las mujeres.
Por no hablar de que el mundo del capital riesgo, dispuesto a invertir en el sector, es un mundo prominentemente masculino.
Entonces, ¿ayuda o dificulta? Ha nacido una estrella: la femtech, una palabra que podría ser algo así como "tecnología femenina".
Desde contadores del periodo hasta extractores de leche, el término abarca la menstruación, la menopausia, el embarazo, la lactancia y la fertilidad.
Un informe citado muy a menudo estima que el sector del femtech podría convertirse en una industria de US$50.000 millones para 2025.
Así que, podríamos pensar: ¿por qué ha tardado tanto en desarrollarse?
Es verdad que US$50.000 millones suena como una gran cifra.Pero cuando consideramos que es un sector que, en teoría, se dirige a casi 4.000 millones de mujeres, aproximadamente la mitad de la población mundial, de repente estos números parecen bastante modestos.
Por comparar, Facebook tiene 2.000 millones de usuarios y vale más de 10 veces esa cifra.
"Creo que en el futuro, cuando los historiadores miren hacia atrás, parecerá una locura que hasta [hace poco] nunca haya existido un término tecnológico para las mujeres", dice Boler.
El término Femtech solo se ha popularizado en los últimos años.
Pero no todo el mundo está convencido de que será beneficioso a largo plazo. Suw Charman-Anderson, fundadora de Ada Lovelace Day, un encuentro internacional que celebra los éxitos de las mujeres en campos científicos, teme que femtech pueda convertirse en un arma de doble filo."Si evoluciona a ser solo tecnología, está bien", dice ella.
"Se convertirá en un problema si es algo en lo que solo invierten las mujeres, en lo que solo las mujeres emprendedoras trabajan o que solo las mujeres compran".