Sexo y dinero, los ejes del cibercrimen.
Sexo y dinero son los ejes centrales del cibercrimen, un tipo de delito que acapara ya hasta el 25% de los casos judiciales, según resalta Manuel Damián Álvarez, presidente de la Audiencia de Sevilla. La tecnología ha transformado el mundo de la delincuencia, que se ha convertido en “transfronteriza, susceptible de
agruparse e bandas organizadas y que, aunque deja huellas, estas son más fáciles de eliminar y exigen un preparación e instrumentos específicos para seguirlas”, advierte Álvarez. “De un teléfono móvil se puede sacar mucho más que de un armario”, alerta Antonio del Moral, magistrado del Tribunal Supremo. De esta realidad se aprovecha el mundo del crimen, que ha encontrado en la tecnología una puerta para todo tipo de ataques. Óscar de la Cruz, comandante de la Unidad Operativa Central de la Guardia Civil resume la “anatomía” de estos: el medio natural es tecnológico, los sistemas amparan el anonimato eliminando la trazabilidad y se aprovecha de la “ingeniería social”, las redes donde la barrera de la confianza elimina muchas cautelas habituales y deja al descubierto nuestra intimidad.