
Hace mucho que advertimos sobre la falta de transparencia del manejo que Facebook hace de los datos personales de sus usuarios. La cuidadosa coreografía del Sr. Zuckerberg para pasar por un emprendedor idealista que vive en jeans y buzo, siempre sonriente, no le está dando resultados. Es hora que deje el disfraz y comparezca ante la justicia. Es hora que deje de sonreír socarronamente y explique que relación existe entre su fortuna increíble, la venta de datos ajenos y la horrible manipulación política que se descubrió.